Lo invisible: la violencia laboral de género
Por: Christi Arellano / Mira Hidalgo
PACHUCA, Hgo., 10 de marzo de 2022.- La psicóloga Marisela Von Borries Galván es experta en perspectiva de género y especialista en terapia existencial, ha trabajado en el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), Casa Gaviota y en la Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) donde ha tenido la oportunidad de atender a mujeres en situación de vulnerabilidad en sus áreas laborales, de igual manera da terapias de manera particular.
La especialista en perspectiva de género y terapia existencial en entrevista para Mira Hidalgo comparte que de 25 pacientes que atendía a la semana: 5 eran hombres y 20 mujeres. Los pacientes acudían por problemas familiares y laborales: acoso sexual, psicológico y económico, “Las victimas llegan a las terapias con sentimiento de culpabilidad, esa agresión que les generan a fuera, se las hacen a ellas mismas”, mencionó la psicóloga.
“Cuando más vamos indagando, vienen con problemas de ansiedad, depresión, también síntomas físicos, estrés en altos niveles, de pronto me doy cuenta, que la raíz de estos problemas viene del trabajo, ya sea que viven violencia psicológica, acoso sexual, hostigamiento, discriminación, intimidación, críticas negativas en el desempeño laboral, humillaciones verbales, burlas, exclusión, aislamiento de sus compañeros. Los pacientes que he atendido alguna vez han sufrido algún tipo de violencia, ya sea desde sus casas, con sus parejas, en el trabajo o de manera institucional”, compartió la psicóloga.
EL INEGI reporto que durante el 2020 más de un millón de mujeres dejaron su trabajo, lo que significo una disminución del 5.2% en la cifras de mujeres ocupadas.
La violencia explica la psicóloga, tiene a tener binomios, es decir: el fuerte, el débil, el que domina y debe ser sumiso, el agresor y la víctima, el directivo y las personas que son secundarias en una empresa. “La violencia tienen sus raíces, tiene una parte biológica pero eso se llama agresión y eso es para salvaguardar nuestra vida pero si hablamos de violencia provienen de la parte cultural de un ambiente que se justifica: el jefe te pueda gritar, humillar en público, es una conducta normalizada, que se convierte en algo cultural y social”, señala Marisela Von, que además la violencia no solo proviene de arriba, si no puede provenir abajo hacia arriba, personas que no acepten al jefe o también, pueden ser entre pares.
La violencia tiene 4 aspectos a recalcar: es intencional, se utiliza para dominar, imponer, lastimar u oprimir; va en aumento y está basada en dominación y sumisión. También ocupa una gama económica: la violencia económica se pude visibilizar en la reducción de salarios, se generé obstáculos para acceder a una promoción u ascenso laboral o la solicitud de favores sexuales para tener mejores condiciones de trabajo.
“Los actos de violencia laboral de mujer a mujer o de hombre a mujer tienen una gran diferencia. La violencia que se vive de una mujer a otra mujer en cuanto a violencia, se va más a un desprestigio social, burlas, al desacredito, desconfianza y al chisme como una arma de poder. En cuanto a los hombres podemos hablar de acaso de humillaciones públicas, hasta de violencia física”.
Marisela Von, dice que históricamente las mujeres sufren violencia porque se encuentra en los grupos que han sido oprimidos por la historia, hablamos de ansíanos, infantes, grupos indígenas, grupo de la LGBT. “Cuando las mujeres se incorporan al mundo laboral, hegemónicamente, el lugar de la mujer era la casa y se le empieza a delegar liderazgo en un espacio de construcción masculina, naturalmente empieza a ver un rechazo y se empieza a estereotipar a la mujer, a crear ideologías e imponer roles, “las mujeres son más emocionales y los hombres más racionales, a las mujeres históricamente no se les cree”.
En el trascurso de la charla se citó a Marcela Lagarde: nosotras como mujeres aprendemos un estilo masculino y patriarcal para luego desaprenderlo. Ese sistema de dominación, nosotras como mujeres no estamos exentas a cometer actos de violencia. Vivimos en una sociedad donde está bien visto oprimir e invalidar” comparte la especialista.
Las mujeres sufren más violencia laboral porque hay negligencia u omisión, corrupción en los altos mandos, hay políticas, las empresas toleran y se normalizan las agresiones y no sancionan a los agresores, ocasionando que su habilidad de afrontamiento la victima disminuya, su seguridad y autoestima se vean con el paso del tiempo mermadas.
A la mujer se va minorando su voz, ha esto Leonor Walker, le llama: La impotencia aprendida; surge cuando entendemos que los acontecimientos van a seguir siendo los mismos y salen de control, de poner límites, denunciar y no hacer nada, la víctima trata de ir contra corriente y entra en una impotencia también llamada la indefensión – ya no puedo hacer nada para cambiar entonces me enajeno y el proceso ya no va hacia a fuera llega la indefensión y empezamos a hablar de pensamientos obsesivos, se puede generar estrés postrománticos de recuerdos traumáticos, desarrollo estrés crónica.
“El cerebro del agresor hay un gran parecido con el de la víctima; primero ante una agresión se empieza a normalizar crea conexiones, generando un estimulo continuo y puede ser que se active fisiológicamente y se genere adrenalina y lleve al acto de violentarlo, pero también en la victima se va activar continuamente la parte fisiológica, reacción al estrés y liberará cortisol, una persona que vive violencia su nivel de cortisol, son muy altas; tanto que puede afectar su capacidad de memoria de atención, hasta sus tomas de decisiones. En cuento el victimario, la percepción de dolor y empatía desaparecen, se supone que tenemos neuronas espejo, estas neuronas espejo deberían de desencadenar una conducta empática, pero en el caso del agresor y de los participes, se empieza a normalizar, el valor de empatía se deja de activar, ya no funcionan aunque tengan espejo.”
La violencia laborar se ejerce de manera grupal a un individuo porque rompe con las normas, valores de un sistema laboral. Cuando se realiza la violencia en masa hay un contagio emocional y de actuar, lo podremos observar en el acontecimiento que paso en el partido de futbol de Querétaro, los participes en una acción de violencia son fácilmente influenciables.
La psicóloga observo en su investigación que en México no hay estadísticas de suicidio respecto a la violencia laboral, “eso es un punto rojo, puede ser un factor de riesgo, si una mujer es violentada puede aumentar el riesgo a que la persona tenga algo que se llama “ideación suicida” es decir empieza a pensar – ya no quiero estar aquí- ¿Por qué estoy aquí?, mis familiares y yo estarían mejor sino estuviera. Los pensamientos suicidios incluyen planear.