Crónica: Continúan agresiones a reporteros, ahora en Mixquiahuala

redactorjefe24 febrero, 20235min651
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Crónica por Mauricio Hernández

A las 21 horas del pasado martes 21 de febrero, un grupo de reporteros llegamos a la Unidad Deportiva 20 de noviembre de Mixquiahuala, para cubrir el concierto de El Tri, como parte de los festejos del Carnaval 2023 en este municipio.

Después de algunos minutos, ingresamos a una área VIP ubicada a un costado del escenario, donde no se presenciaba el evento y por ende no podíamos realizar nuestro trabajo periodístico.

Al ver que no tendríamos acceso al frente del escenario, decidimos salirnos de esta zona y quedarnos afuera, donde se ubicaba el público asistente.

Luego de escuchar dos canciones, mi compañera Dani de TV Azteca, nos pidió de favor que la encaminaramos al hotel porque debía realizar sus audios para sus notas.

La persona que se encargaba de la prensa en ese momento y su servidor nos dirigimos a la salida junto a Dani. Después se nos sumaron otros dos compañeros, quienes también querían ir al hotel para registrarse.

Cuando los cinco caminábamos por uno de los filtros de seguridad, nos percatamos que decenas de personas corrían para entrar, sin que fueran revisados por el personal de seguridad privada.

Al llegar al filtro principal (había dos), los compañeros reporteros y su servidor comenzamos a grabar con nuestros equipos la ola de gente que entraba sin la inspección que se requiere en este tipo de eventos para evitar la introducción de armas, bebidas o estupefacientes.

Al ver que levantábamos evidencia de que el evento ya se les había salido de control, uno de los individuos de seguridad le expresó a mi compañera Dani – «¿Qué grabas, puta barata?» – Ella de inmediato se acercó a mí y me contó el insulto que recibió.

Cuando observó que Dani me contaba, el mismo sujeto se acercó a ella, se volteó su gorra para atrás y con actitud amenazante le dijo – «¿Cuál es tu pedo?» – Al percatarnos de la agresión verbal, los demás compañeros reporteros no dudamos en intervenir y le expresamos nuestra inconformidad por dirigirse así a una mujer, lo que alteró más al individuo, quien comenzó a arrebatarnos los celulares con los que grabábamos.

A él se sumaron otros elementos de seguridad privada, entre hombres y mujeres, quienes nos comenzaron a jalonear y agredir, con la intención de que dejáramos de grabar.

Una mujer de esta empresa le expresó a Dani una serie de insultos para que bajara su celular, a lo que ella solo respondía que estaba haciendo su trabajo periodístico.

– «Sáquenlos a la verga» -, expresaban los agresores y acto seguido dos individuos vestidos de negro (desconozco si eran policías), sometieron a uno de mis compañeros y lo sacaron a golpes.

Los demás nos fuimos atrás de él y en los pasillos de salida, el mismo hombre de gorra negra soltó varias patadas por la espalda a mi persona.

Para salvaguardar mi integridad física y al ver que este tipo de personas de seguridad no cuentan con la capacitación necesaria para el manejo de crisis, decidí no responder a la agresión y salir del recinto.

Los cinco nos dirigimos al hotel, donde solicitamos servicio de una ambulancia, pues uno de los compañeros sufrió una herida de consideración en el dedo meñique; sin embargo, ésta nunca llegó, por lo que decidió ir por sus propios medios a un hospital.

Hasta el momento, ni los organizadores del evento, el municipio o la empresa contratada para la seguridad, se han puesto en contacto con los que fuimos agredidos y mucho menos han sancionado a los agresores.